.: Acto II / Escena III :.
Esto sí que es hacer escándalo! Un hombre que estuviera encargado de las puertas del infierno gozaría volviendo y revolviendo la llave. (Golpes a la puerta dentro). Llama, sí, llama, llama ... ¿Quién eres, por Belcebú...? Éste era un labrador que esperaba una buena cosecha y se ahorcó a sí mismo: ¡Llegas a tiempo, pero te harán falta muchos pañuelos porque aquí vas a sudar de lo lindo! (Más golpes). ¡Llama, llama! ¿Quién es? ¡Por todos los diablos! Hubo un testigo tan falso que era capaz de jurar en los dos platillos de la balanza, en uno contra otro sucesivamente, que traicionaba todo por amor de Dios ... Pero no pudo engañar al cielo. ¡Entra, perjuro! (Continúan los golpes). Llama, llama, ¡no te canses, llama! ¿Qué quieres? Éste es un sastre inglés que viene por sisar tela de tinos calzones franceses; ¡no te detengas, sastre, ponte cómodo, que aquí puedes calentar tus planchas! (Golpes). ¡Llama, llama sin cesar! ¿Qué es lo que eres? ... En verdad, que es demasiado frío este lugar para que sea la puerta del infierno; no seré un momento más portero del demonio; ya he dado entrada a algunos oficios que marchan por sendero de rosas a la eterna hoguera. (Golpes dentro). ¡Voy...! ¡Ya estoy...! Pero guarden consideración al portero, se los ruego...
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