Los Otros
Hoy.
Otra noche espiritual,
un momento para ser y volar
hacia donde sea.
Hoy es...y para siempre
un 18 multifacetico: mi 18.
Hoy, es un día tan significativo...y tan vacío.
No para mí, sino para ellos: los de afuera.
Siempre ha sido un día distinto el 18:
una mudanza,
una fiesta,
una risa,
una fiesta que no es mía,
un viaje,
una aventura,
una noche de tonterias,
un reencuentro de familia....
Es un dieciocho ecléctico, voluble y siempre sorprendente.
Al escribir hoy, momentos antes de tener oficialmente 20 años
(pues presuntamente nací un viernes a las 11 pm)
recuerdo qué tanto he cambiado yo y el mundo,
y me pregunto si es que yo lo percibo distinto
o el mundo está cambiando conmigo.
Hoy, tengo gustos distintos, amores distintos, leguajes nuevos,
un vocabulario más extenso, retos más grandes, sueños más intensos,
caminos más empedrados y cada vez más ganas de vivir.
Mi 18 me hace cambiar cada vez más, me marca la pauta
para saber que me alejo cada vez más de donde nací
y que me toca materializar los ideales que tengo desde niño:
ser el hombre que siempre he querido ser.
No sólo estar: de verdad existir, como sea.
Cambiar todo y seguir reinventandome,
ser el mismo que tanto me gusta ser.
El mismo que siempre reirá con los libros y que sueña en volar,
él que ama intensamente
y que se entretiene pensando con los ojos más bellos de la tierra.
Hoy, mi 18 me da la excusa perfecta para
retomar el camino a las estrellas.
Siempre navegante, siempre itinerante, siempre sorprendente.
Mi 18, el que ellos nunca entenderán.
Aquel que solo se vive una vez al año,
tan intenso que pasa desapercibido para ellos:
los otros, los que no vuelan.
Otra noche espiritual,
un momento para ser y volar
hacia donde sea.
Hoy es...y para siempre
un 18 multifacetico: mi 18.
Hoy, es un día tan significativo...y tan vacío.
No para mí, sino para ellos: los de afuera.
Siempre ha sido un día distinto el 18:
una mudanza,
una fiesta,
una risa,
una fiesta que no es mía,
un viaje,
una aventura,
una noche de tonterias,
un reencuentro de familia....
Es un dieciocho ecléctico, voluble y siempre sorprendente.
Al escribir hoy, momentos antes de tener oficialmente 20 años
(pues presuntamente nací un viernes a las 11 pm)
recuerdo qué tanto he cambiado yo y el mundo,
y me pregunto si es que yo lo percibo distinto
o el mundo está cambiando conmigo.
Hoy, tengo gustos distintos, amores distintos, leguajes nuevos,
un vocabulario más extenso, retos más grandes, sueños más intensos,
caminos más empedrados y cada vez más ganas de vivir.
Mi 18 me hace cambiar cada vez más, me marca la pauta
para saber que me alejo cada vez más de donde nací
y que me toca materializar los ideales que tengo desde niño:
ser el hombre que siempre he querido ser.
No sólo estar: de verdad existir, como sea.
Cambiar todo y seguir reinventandome,
ser el mismo que tanto me gusta ser.
El mismo que siempre reirá con los libros y que sueña en volar,
él que ama intensamente
y que se entretiene pensando con los ojos más bellos de la tierra.
Hoy, mi 18 me da la excusa perfecta para
retomar el camino a las estrellas.
Siempre navegante, siempre itinerante, siempre sorprendente.
Mi 18, el que ellos nunca entenderán.
Aquel que solo se vive una vez al año,
tan intenso que pasa desapercibido para ellos:
los otros, los que no vuelan.
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