Lo que se quedó...

Me permito publicar este escrito que fue redactado por una parte de mi familia que vive en Canadá. Ellos/nosotros/todos hemos tenido una gran pérdida y yo no he sido capaz de materializar algo por mi cuenta para ella: Lupis, mi prima. Tomo estas palabras de prestado para dejar ir ese recuerdo y abrazar ese amor que se nos quedó. 

Queremos agradecer a toda la familia y amigos, de parte de mis papás y hermanas por las muestras de cariño hacia Lupita y hacias nosotros. Ya sea por distancia o por tiempo no podemos estar juntos así que quisiera compartirles las palabras que fueron dichas ayer en la iglesia:

Agradecidos con Dios y con la vida, por habernos mandado a una personita tan maravillosa como Lupis que nos hizo ser una familia especial, por darnos alegría y luz a nuestra vida pero sobre todo por dejarnos compartir 25 años de logros junto a ella y haber disfrutado de su presencia cada día.

Quisieramos que Lupis fuese recordada como la gran personita que fue, por haber luchado desde el primer día de su vida y por demostrar la fortaleza con la que estaba hecha hasta sus últimos minutos de vida.

Hoy nos deja un gran vacio pero una gran enseñanza: que una persona que aún con sus discapacidades, logró dar mucho como hermana, hija y nieta.

Lupita fue un ángel que llego a esta tierra a amar y ser amada, a dejar grandes recuerdos y a demostrar que uno puede vivir de amor sin importar los problemas que podamos tener.

A donde quiera que este, quiero decirle que la amaremos todo nuestra vida. Gracias mi Lupis por los momentos inolvidables que nos hiciste pasar como familia. Extrañaremos tus conciertos de gritos por las noches, tus rasguños, los jalones de cabellos, de dedos, de pies, de orejas, los besos que aprendiste a dar, el papá y el mamá que aprendiste a decir, tus ojos llenos de amor y esa risa que no paraba al escuchar un estornudo o un regaño.

Como familia, estamos muy satisfechos al saber que mi hermana fue muy feliz, con unos padres que la amaron y que siempre hicieron lo posible por que estuviera bien y por una abuelita que estuvo siempre al cuidado de ella. Como siempre lo he pensado: una niña especial para unos padres especiales.

Gracias, mamá, por habernos entregado tu vida entera y por pensar primero en nosotras en que en ti, y a ti papá, por haber hecho de nosotras mujeres fuertes, cariñosas y llenas de grandes valores. No pudimos tener mejores padres que ustedes.

El día de hoy tenemos ya dos grandes angelitos allá arriba que nos estaran esperando para volver a estar los 7 eternamente juntos. Esto no es un adios sino un hasta pronto.

Te amamos y te extrañamos mi Lupis.


Gracias, Lupis.

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