Vacío

Todo se siente así;
drenado de todo placer,
drenado de todo vicio.
Inerte. Estático. Explícito.

La maquinaria funciona,
está aceitada y bien engranada,
los sentimientos entran y salen,
pero se pierden en el aire,
como vaho en las mañanas frías,
como infancia diluida en reportes de productividad.

Todo molesta,
todo apesta,
todo presiona,
y nada es suficiente,
ni tú misma,
ni yo mismo,
ni el amor mismo.

Fuimos hechos para amar
y también para vivir,
pero jamás para pasar los domingos juntos,
yo duermiendo en tus sueños
y tú, despertando mis ilusiones.

Soy el error de tu juventud,
soy el chicharo bajo tu colchón,
soy la rama rota en el árbol de la vida.
Soy tus ojos tristes en mañanas enamoradas,
eres mi reflejo insatisfecho de las lunas llenas.
Soy la alarma que no se apaga,
eres la perserverancia que no olvida.
Somos ladrones de la alegría del otro,
somos, pero tal vez, ya éramos
y seguimos y seguimos,
hasta dejar el alma rota,
hasta desgarrarnos el orgullo.


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